Los Vaporosos

No mires a los ojos de la gente
me dan miedo, mienten siempre
No salgas a la calle cuando hay gente
Y si no vuelves? Y si te pierdes?

He roto el esquema de presentaciones para presentar dos personajes en uno. Esto no significa que sus personalidades se solapen (aunque en ocasiones lo parezca), sino que es un acto de justicia poética mostrar a dos grandes amigos juntos. Además, me gusta la foto, veo vitalidad en ellos. Aunque sea una tontería identificarlos (porque seguro los conoce casi toda la facultad), el de la izquierda es Pablo y el de la derecha es Bolseiro. Esta instantánea fue robada de una fiesta en las catacumbas del Burgo, hace casi un año. Qué recuerdos!

No ha hecho nada malo! Que nadie se equivoque. Lo que pasa es que Jaime es la revelación del año y nadie puede ahora intentar disimularlo. Chicas, sois tan poco sutiles...la facultad está inundada de vuestros jugos....en fin, no sólo es una cara bonita, también es muy buena persona. He seleccionado esta foto (que a él quizás no le hace tanta gracia como otras??) porque es tan simpática como su sentido del humor. Espero que la disfrutéis tanto como yo. Ha entrado fuerte en la lista y por eso tiene el honor de ser el segundo de mis presentaciones.

Sigo con la manía de no querer mantener el anonimato, así que he pedido permiso a mis amigos para publicar sus mejores caretos en mi blog. Quiero que los conozcáis como yo los veo.

Para empezar, cuelgo una foto mía un tanto tristona, que alguien me sacó sin mi permiso. La escojo porque no es una pose y muestra mi lado más místico y perdido.

Aquel extraño era atractivo,
y llegó,
mas yo no le presté atención.

Hizo su marca el tiempo
en las coincidencias
que siempre parecen inocentes,
pero que conocen y empujan
incluso a los más conscientes.

Y se multiplicaron los azares.
La casualidad
de su mirada tranquilizante
adquirió una sospechosa frecuencia.

Y descubrí que estaba necesitado,
inusitado, desamparado,
tan extraño me sentía como
visualizar su propia imagen.

No tuve miedo.
invadí su resistencia,
debilitada por el lenguaje de sus ojos.
Animado, intuía el triunfo.
Fue una victoria a dos bandas,
sin miedo, sin pensar en la conveniencia.

El mejor método de estudio es no estudiar. Está corroborado empíricamente. Siempre se ha dicho que hay formas y formas de sacar adelante una asignatura e, incluso, de sacarla con buena nota, pero a muchos les extrañaría -bueno, seré sincero, no nos extrañaría nada- conocer los más inverosímiles instrumentos de inflar la media académica. Los índices bursátiles se comerían las uñas si supieran cómo suben, por arte de magia -porque no existe otra causa-, las notas. Éstas no alcanzan sus cotas más altas en las pruebas teóricas o prácticas, sino en los despachos. En esos lúgubres lugares, se amañan las más extrañas soluciones. Usted puede subir dos puntos la nota sin mediar palabra, sin hacer nada, incluso sin tener que negociar, ni insultar, ni chantajear. Alerta a los periodistas: ahí tienen un campo nuevo dónde investigar. Las trampas necesitan de periodistas especializados que las denuncien.

Pero quizás mi delirio sólo sea fruto de mi experiencia en la Titulación de Periodismo, la Facultad dónde menos criterios objetivos se utilizan para valorar los conocimientos de los alumnos -algunos de los cuales leen muchho más que los propios docentes-. ¿Cómo es posible pues que algunos profesores se inventen sistemas de evaluación y la USC no lo controle? ¿Cómo es posible que los alumnos que demuestran mayor interés por una asignatura determinada salgan peor parados que aquellos que han pisado una vez la clase y se han aprovechado del sudor de los mismos de siempre? Seamos sinceros profesores: ninguna denuncia nuestra conseguirá cambios en las calificaciones, ¡porque ya hemos protestado y la única respuesta es el silencio o las malas contestaciones! Y ello por no hablar de los docentes prepotentes que aplican "controles antidoping"...Ya que hablan de tanta convergencia con Europa, deberían saber que sus homólogos europeos son mucho más humildes que ustedes, que son incapaces de comprender que una cátedra no les introduce en la esfera divina, a pesar de vivir en un mar de ignorancia. Tan sólo les da el legítimo derecho de ser todavía más humildes.

Muchos de los profesores de Ciencias de la Comunicación de la USC, para quienes van dirigidas estas palabras, no sólo deberían aprender de los europeos. ¡Miren a su propia Universidad! En Derecho Constitucional I de Políticas ya han sido corregidos los exámenes, y fueron de los últimos en realizarse. En nuestra facultad, concretamente en 3º curso, hay materias que todavía no se han evaluado y cuya evaluación se programa en horario lectivo y de prácticas. ¿Hasta cuándo? ¿Qué debo hacer? ¿Enviar estas palabras a cada uno de los docentes para que se dean cuenta? ¿No les basta acaso con tener cada vez menos alumnos en clase, alumnos cada vez más pasotas? ¿Pero por qué piensan ustedes que sus alumnos son pasotas, por nuestra culpa? Mírense al espejo, funcionarios, y verán que muchos están oxidados en sus cátedras de libre y anárquico pensamiento. Y que conste que hay muchos de ustedes a los que les tengo mucho aprecio, pero, como decía Miguel Hernández, "he llegado hasta el fondo", y ahora no me puedo, no debo, callar. Espero que sepan valorar mis palabras.

Sin acritud.